Siempre me ha apasionado la pintura, la misma que me lleva horas encerrada en mi estudio, en un permanente diálogo entre ideas y creatividad.
Siento el arte como un medio para expresar mi visión del mundo, con un lenguaje propio. En cada obra quiero representar infinitos matices, conjugando momentos de angustia frente a otros de felicidad. La pintura se ha convertido así, en mi mejor herramienta donde buscar esa paz interior a través de mi percepción particular de lo que me rodea. Crear un mundo lleno de diversidad, con sus luces y sus sombras, buscando la belleza en lo cotidiano, en una lucha permanente donde nada es definitivo y todo es mejorable.
Cada obra deja detrás vivencias, sueños, ilusiones, huellas que forman parte de mi personalidad, y que paradójicamente, van formando mi propia identidad.
Cada obra deja detrás vivencias, sueños, ilusiones, huellas que forman parte de mi personalidad, y que paradójicamente, van formando mi propia identidad.