
Poema para el evento de arte y comercio, una sola voz, por una ciudad más sostenible
Había una vez un camino, con mil y una bifurcaciones, que no estaba marcado en los mapas ni
en los libros de geografía. Este camino conducía a todas partes, pero no llevaba a ningún sitio
definido.
Estaba habitado por árboles, de distintas especies y tamaños, que sostenían el mundo entre
sus raíces.
De ellos colgaban historias, sueños, anhelos que pendían de hilos, como marionetas al viento,
esperando un soplo de vida, que invadiera espacio y tiempo, y las hiciera realidad.
Historias como que en Cartagena existía un bosque de lentiscos y La Manga era un bosque de
sabinas; y contaban que existió una Cartagena subterránea donde las aguas se recogían y se
integraban en un pantano subterráneo para reutilizarla.
Historias que contaban como
imaginan una ciudad sin coches, mas humana, con los barrios integrados, una ciudad abierta
a la literatura y la poesía. Anhelan adecuar las calles para que la movilidad sea integradora,
una ciudad digital sin papel.
Una ciudad que además de bella, sea digna, acogedora y
accesible. Participativa, donde se incluyan jóvenes y mayores.
Una ciudad donde podamos
sentirnos todos parte de ella, donde se eduque para disfrutar de la danza, de los jóvenes
músicos, cuidadosos con la naturaleza.
Una ciudad diversa y que aprenda a proteger el
patrimonio y las tradiciones, y donde no olvidemos que los emigrantes son nuestros
hermanos.
Una tarde de Junio, llegó un grupo de Artistas, se sentaron junto a esos árboles y escuchando
sus maravillosas historias decidieron ser su VOZ. A través de la pintura, la escultura y la
fotografía, llevarían esa VOZ a todos los rincones de la ciudad, dejando que volaran .
Y qué
mejor ventana para ese vuelo que a través de los COMERCIOS, escaparates de nuestra cultura y
alma de la ciudad y de sus habitantes.
Así surgió ARTE Y COMERCIO, UNA SOLA VOZ POR UNA CIUDAD SOSTENIBLE.
Ahora solo depende de ti que deje de ser solo un CUENTO.
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